Dios me dijo lo siguiente:
"Te entrego 365 páginas en blanco,
ahi puedes escribir lo que tú quieras".
Y así fue.
Una historia con abundancia de risas,
lágrimas, trabajo, obstáculos y aventuras.
La narración incluyó varios capítulos,
algunos más largos que otros.
Me gustaría contárselos todos,
pero el tiempo se me escapa y solo
puedo hacerles un breve resumen.
Frente a un país, mi voz les comentó
como se movía la bici, la bola viajaba o
la mascarada a cual ritmo bailaba.
Con el pincel de la solidaridad y ayuda
al prójimo, dibujamos sonrisas en los rostros
de un grupo de ciudadanos de oro.
A la luz de la luna, la computadora fue mi fiel
compañera y mi imaginación mi última consejera.
Cupido hizo de las suyas, me robó suspiros y me
metió en líos al flechar mi corazón.
Los amigos del pasado pertenecieron a mi presente
y nuevos conocidos construyeron mi futuro.
Encontré una pluma y un papel, para escribir mis días
y los sentimientos a flor de piel.
Corrí una carrera de obstáculos, donde luego de cada caída;
aprendí a levantarme con mucha más fuerza.
A 33 hombres que no conocía, los hice parte de mi vida,
ya que me hicieron llorar y celebrar con su milagro.
Se acabó el tiempo de compartir con el archivo, las fotocopias
y el vivir entre un mundo de papeles; esta etapa donde
los aprendizajes y los retos me dieron valiosas
armas para caminar en el futuro.
Tomé café, dirigí un acto, le sonreí a un extraño,
en tele aparecí, grite por la calle, a un doctorado asistí,
cerré un lugar y de saco y traje me vestí.
Pues hoy, el de Arriba me dijo: "Ponle punto final al cuento,
dámelo y yo lo archivaré, ahora toma estas nuevas páginas
y comienza de nuevo a escribir.
AUTOR: MSR. 31-12-10
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