el césped sin cortar,
los sillones sin acomodar
y la ropa sin secar.
Horas de diversión y
momentos de emoción
ofrecían el combo playero.
Regresó confiado que todo
iba a estar tal como lo
dejó al marchar.
Sorpresas inesperadas
aguardaban su llegada.
Las margaritas cafés
se vislumbraban.
Una sabana vieja
cobijaba los sofás.
El césped repleto de
maleza e insectos
se encontraba.
La ropa en una
gran maleta
bien acomodada.
Bon vogaje...
Mi corazón replicaba...
Pues dentro de él,
ya no habitaba...
Autor: MSR. 07-01-11.
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